Narración: Él quería



Él quería

Le pidió que lo mirara a los ojos, quiso corroborar lo evidente. Tenía la esperanza de encontrar en sus pupilas la menor señal de duda... no la encontró.

Su destino estaba decidido, tenía que andar sin ella. De ahora en adelante solo sería él y eso le dolía. No estaba acostumbrado a estar solo, siempre necesitaba de alguien para sentirse valioso. Sin nadie a su lado; él valía, nada.

Pasado cierto tiempo, él buscaba a alguien con quien compartirse, de vez en vez, encontraba a cierta candidata o candidato que se ofrecía a brindarle cariño pero nunca pasaban al siguiente nivel. Nunca los acompañó a sus casas, él dormía en la calle.

Se debilitaba y llegó a un punto en el que no tenía nada que ofrecer, no era atractivo y ni siquiera inspiraba lástima. Parecía un perro viejo, sucio y feroz. Como todo aquel que tiene que vivir en el peligro y la incertidumbre de no tener hogar.
Quería llorar pero no le salían las lágrimas, quería reír pero no sabía mentir. Solo le quedaba la resignación, solo podía esperar que el destino hiciera lo suyo. Ya no le importaba.

Recordaba con alegría los momentos con ella; cuando le entregó completamente sus sentimientos, cuando pensó que duraría para siempre. 

Fueron buenos amigos al principio; después, él llegó a amarla. Lo único que pensaba en todo el día es "quiero verla" aunque ella casi siempre era indiferente.

Él rogaba en todo momento por su atención. Solo pedía un mimo, una caricia. Siempre la esperaba en su casa. Eso fue lo que la cansó. 

No siempre fue tan fría. Ella lo quería; cuando todo empezó, cuando él era la novedad. 

Ella venía de un romance desastroso y necesitaba un consuelo; él solo esperaba conocerla. Cuando cruzaron miradas sabía, desde el momento en que ella lo eligió, que su vida sería para ella. Y así fue, hasta que decidió abandonarlo.

Él revivió en su mente un momento en particular. Ambos estaban viendo la televisión cuando repentinamente ella le dijo: "gracias por salvarme, siempre estaremos juntos" y mientras recordaba, por un ligero momento, agitó su cola.




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