Guitarra en la esquina

Erase una vez una guitarra arrumbada en una esquina, abandonada, rota y reparada sin cariño.

La pobre solo acumulaba polvo. De vez en cuando servía de casa para alguna araña, eso es triste.

Es deprimente saber que esa guitarra, en las manos correctas, podría conmover corazones, revivir recuerdos o amenizar un silencio incómodo.

Sin embargo, hela ahí sin tener la oportunidad de expresar lo horrible que es su vida, esperando y esperando un momento que probablemente nunca llegue. Solo está ahí, emitiendo nostalgia.

Representa una oportunidad latente, pero que probablemente nunca pase.

Una persona podría tomarla, aprender a tocarla y calmar, al menos, a su propios demonios. Hacer canciones, grabarse y, con suerte, conmover a una persona más.

Apuesto a que esa guitarra sería menos miserable si tan solo pudiera conmover a una persona, aseguro que no habría nada más satisfactorio que cumplir su propósito, aunque fuera de manera fugaz.

Lástima que esa guitarra está en un mal lugar, rodeada de malas personas que nunca la van a tomar en cuenta.

Lástima que esa guitarra está en una mala época, donde todos piensan lo genial que sería hacer algo pero hay tantos distractores que dicho pensamientos nunca se materializan.

Lástima por la guitarra, eso es lo que siento.

Casi seguro que no va a cumplir su propósito, difícil que pueda conmover a alguien.

Probablemente lo mejor que pueda esperar es que sirva de inspiración para un escritor que la use para escribir sobre lo triste que es verla en esa esquina.

Mas triste es saber que dicho escritor la va a olvidar en un par de horas y entonces volverá a  esperar, esperar a que alguien recuerde que le gustaría cumplir su propósito.

Y acumulará telarañas.

Pero quién sabe, puede que dicho escrito se preserve por mucho tiempo y un día alguien lo lea y se sienta conmovido. Entonces la guitarra habría cumplido su anhelo, aunque de manera mediocre.

Eso es muy poco probable.